Hoy, 14 de Febrero, como no podía ser de otra manera, tenemos que hablar de AMOR. Y es que por mucho que pensemos que no hace falta un día del amor, que el Amor se demuestra cada día, que es un invento del Corte Inglés para que aumenten las ventas, a todos cuando llega este día nos gusta recibir algún detalle de alguien que nos ama, alguien que ha dedicado un ratito en pensar en ti y buscar un regalito, que te dedica unas palabras bonitas o te invita a cenar. Y es que todas las personas tenemos la necesidad de ser amadas, fuimos creados para ser amados.
Por eso cuando no nos sentimos amados, sufrimos tanto. Y aunque todos hemos sentido alguna vez el Amor, de diferentes maneras expresado, lo cierto es que todos anhelamos encontrar el Verdadero Amor, y claro, ese Amor sólo puede venir de Aquél que lo creó.
Me encanta la definición que está en la Biblia en el famoso pasaje de 2ª de Corintios 13; de cómo es el Amor Verdadero, cómo es el amor de Dios y cómo deberíamos de amar nosotros a los demás con su ayuda y siguiendo su ejemplo. Dice así el texto: "El Amor es sufrido, es benigno, el Amor no tiene envidia, el Amor no es jactancioso, no se envanece, no hace nada indebido, no BUSCA lo suyo, no se irrita, no guarda rencor, no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta."
Que Amor tan increíble. Al ver esta lista, pensamos que es imposible amar así...que difícil...lo cierto, es que sólo cuando conocemos ese Amor, y lo sentimos, es que podemos compartirlo con otros. Por eso necesitamos acudir a esa fuente de Amor, al Dios de Amor. Y esto no es un atributo, sino que es parte de su esencia. Si buscamos este amor en las personas que nos rodean, a menudo nos frustramos y decepcionamos. Por eso, hoy te animo a que busques este Amor Verdadero, que vayas a la fuente de Amor, que busques a Dios. Él te ama de esta forma tan especial y quiere que te sientas amada de tal forma, que cuando los amores de este mundo te decepcionen sigas sintiéndote llena y completa. Y podremos disfrutar del amor de nuestra familia y amigos como bendiciones y regalos que Dios nos da, y no como lo único que tenemos, pues cuando alguno nos falle, seguiremos sintiéndonos amadas.
Después de esto, será más fácil, seguir las palabras de Jesús que se encuentran en Mateo 22:37-39: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente." Y "amarás a tu prójimo como a ti mismo." Cuando nos sentimos amados por Dios estos mandatos surgirán como una respuesta natural y podremos amarle a Él y a los demás de una forma correcta y genuina.
En mi testimonio personal, desde muy joven sentí el Amor de Dios por mí, entendí que Él me había creado tal y como soy, y que aún siendo rebelde, dándole la espalda a menudo, caminando lejos de Él... Él mandó a su hijo Jesús para morir por mis pecados, para saldar la deuda de mi culpa... sin duda el mayor acto de Amor de la Historia.
En el tiempo que decidí aceptar ese Amor y vivir para amarle a Él, hubo una canción que me marcó y que expresaba muy bien lo que yo sentía, y quiero compartirla con todas vosotras. Su autor es Marcos Vidal y se titula ¿Quién soy yo para que tú me hayas amado?
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